Charleston: Primera parte

Una ciudad con mucha historia, llena de estudiantes y destino de escapadas románticas.

Rainbow Row, Charleston (Mayo 2014)

Charleston, en el estado de Carolina del Sur, es una típica ciudad estadounidense que, aunque la mayoría de sus visitantes sean los propios americanos en busca de una escapada romántica, o estudiantes, merece ser visitada por extranjeros debido a su gran historia.
Pasó desde la colonización por la revolución, la guerra civil hasta la abolición de la esclavitud y a establecer el primer límite de altura conocido para la planificación de ciudades. Todo esto ha dejado una marca en la ciudad y ayuda a entender muchísimo a la cultura estadounidense.

Como resumen de mi intensa estadía en la ciudad visitando a Hannah, puedo decir que asistí a su graduación y la fiesta, fuimos a bares, restaurantes, una feria griega, viajé en un autobus escolar, me subí a un porta-aviones y un buque naval de la armada, viajamos en barco a Fort Sumter, fuimos a la playa, al cine, manejamos 3 horas hasta Savannah, fuimos de shopping, obtuve un número de teléfono local, jugamos bowling... pero por sobre todo, lo disfruté mucho! Aquí los detalles:

Después de mi llegada al pequeño aeropuerto de Charleston, el reencuentro fue muy emocionante.
Imagínense que a hace meses no nos veíamos porque ella tuvo que volver para terminar sus estudios.
Partimos al departamento después de un viaje tan largo para descansar. NO! No fue así.
Fue emocionante sin dudas, pero a pesar de haber trabajado el día anterior y dormido solo 4 horas en el avión por la emoción, no podíamos aguantar las ganas de recorrer la ciudad y fuimos a almorzar a Chipottle Mexican Grill con el equipaje en el auto.

Chipotle Mexican Grill

Está cerca del aeropuerto, aunque del otro lado de la ciudad. Como el nombre lo dice, tiene comida mexicana, que es preparada en fila frente a tus ojos al estilo Subway. En la zona se veían realmente muchos militares por una escuela que está cerca según me contaron. Con los empleados del lugar ocurrió el primer intento de comunicación en inglés fuera del aeropuerto, y no solo no entendí qué me dijeron por su acento local si no que tampoco me entendieron con mi acento extranjero argentinizado y de recién aterrizado. Pero la comida estaba muy rica y el rellenado gratuito de gaseosas (refill) me hicieron olvidar todo.

En este lugar aprovechamos para reunirnos con una de las amigas de Hannah que ya abandonaba la ciudad y hablamos de las diferencias entre los países, aunque no podía comparar mucho porque hace apenas 20 minutos que estaba fuera del aeropuerto! jaja.

Universidad de Charleston

Después de dejar el equipaje en el departamento partimos a la caminata de reconocimiento de la ciudad. Lo más cercano era la Universidad de Charleston, y como Hannah se lo conoce de memoria, recorrimos los pasillos del campus al aire libre y el famoso Cisternyard. Además era muy importante que supiera el camino, ya que 2 días después sería su graduación en el mismo lugar. Más adelante voy a detallar ese evento en otra publicación.

Cisteryard

Ciudad de Charleston

La zona céntrica de la ciudad es pequeña pero vale la pena recorrerla en su totalidad. El centro de la ciudad es la plaza principal llamada Marion Square, que hasta tiene su propio castillo, que en realidad es la vieja citadel, o arsenal de la ciudad. Y frente a él está el imponente Marion Square Hotel, el único de 5 estrellas en el centro de la ciudad.

Marion Square

Old Citadel

El impresionante Marion Square Hotel, frente a la plaza

King Street es la calle principal, que desde la plaza hacia el sur es donde están ubicados todos los comercios principales. En un sector la calle está hecha con ladrillos rojos con nombres inscriptos en ellas. Nunca supe de quiénes eran.

Durante el sábado de graduaciones, King Street se hizo peatonal, pero esto ocurre sólo una vez al año. En esta ciudad no hay ninguna calle peatonal permanente.

Ex Oficinas de Aduanas de la ciudad

Fuera de la zona comercial, el paisaje que más se repite es el de las casas revestidas de madera. La nuestra era una de ellas. Muchas llenas de estudiantes que vienen desde otros estados y que le ponen su personalidad (notar la bandera de piratas en una de las fotos), pero todas con mucho verde y sus propios estacionamientos privados en la parte posterior como dicta el estilo norteamericano, y abiertos a que cualquiera persona pueda pasar. Acá no existe la inseguridad.